martes, 29 de mayo de 2012
En el Antropocentrismo Tradicional -no dualista ni dialéctico,- el hombre es percibido en armonía
con el Cosmos manifestado, que no es sino el despliegue del UNO, no manifestado, con el cual
forma una unidad indisidoluble. Pitágoras, Platón tenían esta percepción trascendente del hombre,
que les unía a otras tradiciones como la egipcia- africana.
En el Humanismo, -desde los sofistas y Aristóteles- el hombre y el cosmos son las únicas
Realidades existentes y opuestas, sin Principio superior previo. El hombre es finalmente definido
en la modernidad como inventor, productor y consumidor de artefactos y sin relación con ningún
otro plano superior de realidad. El hombre ya no es el centro del Cosmos, en todo caso las
máquinas son su centro.
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